- El 70% de los recursos deben dirigirse al talento humano, aún en tiempos complejos.
- Las herramientas digitales y la inteligencia artificial son factores clave para mayor eficiencia financiera
En el último trimestre del año, las empresas ya deberían tener lista una proyección financiera para 2024 con sus respectivas asignaciones presupuestarias. En un año doblemente electoral, esta planeación debe ser la más eficiente posible para sortear el impacto de los cambios en el mercado.
¿Por qué eficiencia financiera?
La eficiencia financiera de las empresas se debe apalancar con inversiones en infraestructura tecnológica y talento especializado, sin importar el tamaño de la organización.
“Esta eficiencia financiera no tiene que ver con el tamaño del equipo de trabajo, sino con el aprovechamiento de la tecnología para lograr una gestión corporativa óptima. Esta eficiencia debe convivir con el talento humano especializado y en constante capacitación”, comentó Pablo Pérez, Chief Financial Officer de KTSA (KPMG Technology Services Americas).
En este sentido, KTSA comparte tres recomendaciones para que las empresas de cualquier tamaño o sector incrementen su eficiencia financiera con miras al 2024:
- No restringir el desarrollo de la empresa. Las organizaciones requieren de liquidez aun en tiempos complejos, por lo que no deben de estrangular sus operaciones reduciendo costos en aspectos fundamentales para su competitividad. La estrategia de valor económico agregado (EVA) debe impulsar la productividad a través del desarrollo del talento humano, esto se traducirá en reducción de gastos operativos por rotación de personal. En otras palabras, invertir en personas es una decisión financiera competitiva.
- Más automatización. Gracias a la inteligencia artificial y a herramientas digitales como las que proveen las fintechs, las empresas pueden digitalizar sus operaciones y dirigir sus esfuerzos hacia tareas prioritarias. Al automatizar las tareas repetitivas, la tecnología se convierte en una aliada estratégica para agilizar procesos y dirigir el talento humano hacia decisiones más estratégicas. Es decir, utilizar más tecnología, pero aplicada correctamente con el componente humano.
- Fábrica de talento. La escasez de talento con habilidades STEM es una realidad. Las empresas deben de convertirse en una fábrica de talento y tomar un rol protagónico con una estrategia de capacitación continua, la cual puede complementarse con alianzas estratégicas con universidades, centros politécnicos o think tanks. La colaboración entre academia-sector público-sector privado es más importante que nunca.
“El 70% de la inversión en KTSA se enfoca en las personas y en el desarrollo de su talento. En tiempos económicos complejos, la inversión de recursos en los colaboradores es fundamental para evitar los altos costos de rotación. Reducir costos limitando los beneficios corporativos o las capacitaciones trae ganancias sólo en el corto plazo y puede llegar a ser un espejismo. Por el contrario, invertir en programas, certificaciones y herramientas tecnológicas permite generar un flujo eficiente de los procesos a mediano y largo plazo y esa es una estrategia financiera más competitiva”, finalizó Pablo Pérez.
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